El líder camionero se alejó de la mesa chica de la central obrera por “diferencias” con los líderes de los diferentes gremios que la conforman.
La renuncia de Pablo Moyano a la conducción de la Confederación General del Trabajo (CGT) generó repercusiones en el ámbito político, especialmente dentro del Gobierno, que celebró la decisión como un signo de distanciamiento con la cúpula sindical. Según se supo, la renuncia se debió a las diferencias de Moyano con la mesa chica de la CGT, que abogaba por un enfoque más moderado frente a las políticas económicas nacionales.
Manuel Adorni, vocero de la Presidencia, fue uno de los primeros en reaccionar, difundiendo un mensaje breve en las redes sociales con la palabra “Fin”, en un claro guiño a la conclusión de una etapa dentro del sindicalismo. A su vez, Javier Lanari, subsecretario de prensa de la Casa Rosada, se refirió al acontecimiento como parte de una “batalla cultural” constante, señalando que la renuncia de Moyano representa un paso hacia la superación de la “casta sindical analógica” que, a su juicio, obstaculiza el progreso del país.
Fin. pic.twitter.com/jjpZVCFvpn
— Manuel Adorni (@madorni) November 22, 2024
La batalla cultural se da los 7 días, las 24 horas y en todos los ámbitos. Es la única manera de derrotar a la casta sindical analógica que impide el progreso del país… pic.twitter.com/ccQ3Czn6P7
— Javier Lanari (@javierlanari) November 22, 2024