“La experiencia me indica que el mecanismo no es correcto”, sostuvo el expresidente, que ayer reunió a la mesa chica del PRO y les anticipó su posición.
El expresidente Mauricio Macri cuestionó en las últimas horas la designación por decreto en comisión del juez federal Ariel Lijo y del catedrático Manuel García-Mansilla en la Corte Suprema. Ya había anticipado esa postura en la reunión que encabezó ayer en la sede del PRO, ubicada en la calle Balcarce, en la ciudad de Buenos Aires.
“La experiencia empírica me indica que la designación de jueces a través de un mecanismo como el utilizado por el gobierno no es correcta”, sostuvo Macri a través de un comunicado que difundió en las redes sociales. Sin mencionarlo, se refirió a su intento de nombrar por decreto, durante su gestión presidencial, el 14 de diciembre de 2015, a los jueces Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti.
“Ratifico mi posición de que los jueces que ocupen los cargos más altos del Poder Judicial no pueden ser objeto de tanto rechazo. La confianza en la justicia y en las instituciones es una condición indispensable para la estabilidad de la democracia y la prosperidad del país. Mi posición es la mayoritaria dentro del PRO, como quedó plasmada en el informe producido por la Fundación Pensar”, completó.
Macri, en su publicación, compartió una columna de opinión de Martín Casares, que trabajó con el exministro de Justicia Germán Garavano durante el gobierno de Cambiemos. “Si tuviera que asesorar al presidente, le aconsejaría que no designe jueces por decreto; esto no resuelve ningún problema urgente, no va a mejorar la seguridad jurídica y va a afectar la credibilidad de una Corte Suprema de Justicia que es independiente”, planteó el exfuncionario.
