El oficialismo se muestra abierto a ceder espacios en las listas, pero a cambio exige cupos para sus propios candidatos en las legislativas de octubre. La estrategia “mixta” que planea Javier Milei busca combinar aliados provinciales con una fuerte presencia libertaria en el Congreso.

Si las elecciones fueran un partido de fútbol, Javier Milei jugaría las semifinales con suplentes y reservaría a sus figuras principales para la final. Su plan contempla que en las listas provinciales haya lugar para dirigentes aliados, como los del PRO o la UCR, mientras que en las nóminas nacionales impondrá candidatos propios para consolidar La Libertad Avanza (LLA) y reducir su dependencia de los gobernadores.
Este lunes, Karina Milei, secretaria general de la Presidencia y pieza clave en la construcción de las listas, se reunió con Cristian Ritondo y Diego Santilli para avanzar en la confección de la nómina bonaerense. La necesidad de derrotar al kirchnerismo y el arraigo territorial del PRO en las intendencias obliga a Milei a ceder espacios, aunque queda por verse si esos dirigentes mantendrán su identidad o deberán alinearse plenamente con LLA. En cualquier caso, su presencia en las listas nacionales será menor.
Esta fórmula ya se aplica en otras provincias. En Chaco, el gobernador Leandro Zdero ganó las elecciones locales con una alianza que incluía solo tres candidatos libertarios. Para el gobierno provincial, el acuerdo significó recursos y la chance de competir de la mano de un líder nacional con alta intención de voto; para Milei, fue una manera de garantizar gobernabilidad en un territorio sin base propia.
Sin embargo, esta alianza tiene un costo para Milei: quiere llenar las listas nacionales con representantes de LLA para aumentar su peso en el Congreso y disminuir su dependencia de los gobernadores en futuras negociaciones.
Esta estrategia está en marcha en otros distritos. Muchos gobernadores radicales prefieren aliarse con el oficialismo nacional antes que arriesgarse con proyectos propios.
