La mesa sindical había rechazado la iniciativa porque el gobierno convocó a su sede sin consultarla, pero este miércoles resolvieron las diferencias y el presidente será el único orador.

El gobierno nacional y la CGT superaron las divergencias en torno al acto por el aniversario de la muerte de Juan Domingo Perón y llegaron a un acuerdo para que finalmente el presidente Alberto Fernández encabece este viernes, a las 17.30, en la sede de la central obrera la ceremonia conmemorativa, determinación que se adoptó tras un encuentro del que participaron dirigentes sindicales y el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, en la sede del gremio UPCN.
Uno de los puntos que fue decisivo para sellar el acuerdo es que la convocatoria al acto la hiciera la conducción nacional del Partido Justicialista, lo que rápidamente se ejecutó, y de esa manera los dirigentes sindicales dejaron atrás el enojo que les provocó que el gobierno invitara a la CGT a un ceremonia en la propia sede sindical sin siquiera antes consultarlos.
Está claro que algunos sindicalistas están muy disgustados con la gestión de Alberto Fernández debido a los problemas económicos y sociales que enfrentan los trabajadores, aunque ninguno de ellos consideró necesario convocar a un paro nacional u otra medida de protesta, y quizás para tratar de diferenciarse solicitaron que el viernes concurran al acto varios gobernadores, algunos de los cuales ya habrían confirmado su presencia.
Así Alberto Fernández logró superar un foco de tensión con la CGT, y si bien algunos de los integrantes de la mesa chica sindical están a disgusto con la política económica, accedieron a que el presidente sea el único orador del acto de este viernes.
Un acto que este martes la conducción cegetista había decidido suspender por el malestar que causó que la convocatoria haya surgido del propio gobierno, incluso sin que la mayoría de los dirigentes estuviera al tanto. “No nos pueden invitar a nuestra propia casa. Y menos cuando no dan respuesta a todos nuestros reclamos”, dijeron indignados, aunque desconocían que eso había sido acordado entre el primer mandatario y uno de los referentes gremiales Héctor Daer, y que no fue comunicado al resto de la central obrera.