El Partido Justicialista convocó a una masiva movilización para acompañar a Cristina Fernández de Kirchner a los tribunales de Comodoro Py, donde debe notificarse en el marco de la causa Vialidad.
Sin embargo, desde los pasillos del Poder Judicial ya se activaron maniobras para evitar que la expresidenta se presente en persona y, con ello, frenar la protesta que podría convertirse en una de las más grandes de los últimos tiempos.
El viernes por la noche comenzó a circular una versión que cambió el clima político y judicial: “Cristina Kirchner podría no tener que presentarse en Comodoro Py”, tituló el diario La Nación. La nota citaba fuentes del tribunal que evaluaban permitirle cumplir la pena en su domicilio y notificarse por vía telemática. En otras palabras, evitar su traslado al edificio judicial y, por ende, desactivar la movilización convocada para acompañarla.
El Tribunal Oral Federal N°2 analiza si otorga la prisión domiciliaria y si le permite a la exmandataria notificarse a distancia. Tiene tiempo hasta el jueves por la mañana para hacerlo. Pero la política ya se metió de lleno en la resolución judicial. La defensa de CFK argumentó que le corresponde el beneficio por tener más de 70 años, ser exjefa de Estado con custodia y por el intento de asesinato que sufrió en 2022. A esto se suma la advertencia que ya ronda en Comodoro Py: cualquier movimiento de Cristina implicará una movilización masiva.
La postulación de la expresidenta como candidata a diputada provincial por la tercera sección electoral encendió las alarmas en el Poder Judicial, que ahora se ve atrapado en una dinámica política que lo excede y lo incomoda. Desde el entorno de CFK aseguran que, mientras no haya una notificación formal que le evite presentarse, la marcha del miércoles sigue en pie. Y que ningún rumor la frenará.
Los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola, férreos impulsores de la prisión efectiva, también analizan el planteo de la defensa. Hasta ahora, exigieron que Cristina vaya presa de inmediato. Pero podrían cambiar de opinión. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, sugirió públicamente que sería razonable otorgarle la domiciliaria, lo que dejó entrever un posible guiño desde el oficialismo para evitar un conflicto político de mayor escala.
Todo este juego de presiones y movimientos cruzados se activó el lunes 2 de junio, cuando CFK confirmó en vivo por C5N que volvería a ser candidata. En su entorno ya se hablaba de que el fallo saldría en esos días, y que Milei estaría de viaje cuando ocurriera. La sospecha se confirmó.
Dos días después, la Corte Suprema rechazó la recusación que Cristina había presentado contra el juez Ricardo Lorenzetti, permitiéndole intervenir en la causa. Fue la primera señal. La segunda llegó el martes 10, cuando la Corte emitió el fallo definitivo. Según el periodista Gabriel Morini, especialista en temas judiciales, la decisión no estaba prevista para ese día, pero la presión obligó a adelantarla.
El Poder Judicial quedó así expuesto, jugando fichas al ritmo del ajedrez político. Pero ahora se enfrenta a una movilización que amenaza con desbordar los cálculos. Y, por el momento, no encuentran la manera de frenarla.