Del apoyo al desmarque. Los gobernadores, incluso algunos aliados, se cansaron del fuego amigo y ahora amenazan con dejar solo a Javier Milei en el Congreso. El veto al aumento jubilatorio, clave para el plan de ajuste libertario, podría naufragar ante el enojo de las provincias.
La relación entre el Presidente y los mandatarios provinciales entró en zona roja. Tras tildarlos de “la última trinchera de la casta” y acusarlos de boicotear el cambio, varios gobernadores evalúan no sostener el veto al proyecto que mejora los haberes de los jubilados. Un golpe directo a la estrategia de Milei, que necesita alinear votos para evitar una derrota legislativa con alto costo político y económico.
El discurso que dinamitó los puentes
Durante un acto con empresarios en Puerto Madero, Milei lanzó artillería pesada: acusó a las provincias de mantener un “Estado calamitoso” y de no haber hecho los deberes fiscales. El mensaje no solo cayó mal en la oposición: también generó cortocircuitos con gobernadores que venían acompañando, como el tucumano Osvaldo Jaldo, quien ahora duda en blindar el veto con sus legisladores.
Un informe de la consultora Empiria contradice la narrativa presidencial: señala que las provincias ya ajustaron en 2024 con una reducción real del 15% en el gasto. Aun así, el jefe de Estado insiste en que no cumplieron con el frustrado “Pacto de Mayo”.
Advertencia federal: los votos no están garantizados
En medio del conflicto, los gobernadores avanzan con un proyecto para reformar el reparto de ATN y el impuesto a los combustibles, en busca de recuperar fondos retenidos por Nación. El movimiento fue leído como una clara advertencia a la Casa Rosada: si no hay recursos, tampoco habrá respaldo.
El escenario en Diputados es crítico. El oficialismo necesita 87 votos para sostener el veto, pero admite que no los tiene. La estrategia pasa ahora por negociar ausencias o dilatar la sesión, pero el margen es estrecho. En paralelo, el costo fiscal del proyecto —1,8% del PBI— genera alarma en los mercados, preocupados por el posible impacto en las cuentas públicas.
Internas libertarias y un frente legislativo al borde del colapso
Mientras crece la tensión con los gobernadores, también se intensifican las disputas dentro del propio oficialismo. La interna entre los Menem y el círculo de Santiago Caputo erosiona la conducción política. La estrategia de disputar poder territorial en las provincias empieza a mostrar sus límites: los gobernadores, acorralados por La Libertad Avanza en sus distritos, ya no están dispuestos a entregar respaldo legislativo sin condiciones.
Conclusión: Milei apostó al choque frontal con las provincias. Pero ahora enfrenta una amenaza concreta: que la misma tropa que necesita para gobernar le dé la espalda y haga caer su veto más simbólico. La rebelión federal ya no es un rumor: está en marcha.