A pocas horas del cierre del plazo para inscribir frentes electorales, La Libertad Avanza (LLA) sufrió un duro golpe en Corrientes: fracasó el acuerdo que venía negociando con el gobernador radical Gustavo Valdés, y el espacio libertario competirá en soledad en las elecciones del 31 de agosto.
La ruptura dejó al descubierto las diferencias profundas entre ambos sectores. Mientras los libertarios pretendían un armado cerrado y excluyente —como ya ocurrió en Chaco, donde el PRO quedó afuera—, Valdés buscaba una coalición más amplia, con todos adentro. La idea no prosperó.
Desde el entorno del mandatario correntino aseguraron que “los proyectos para el futuro de Corrientes no son compatibles” y marcaron que la estrategia de LLA choca con la realidad política local. Mientras el gobernador ensancha el Frente Vamos Corrientes —que ya suma más de 30 partidos, incluido el sector de Schiaretti—, los libertarios apuestan a una boleta puramente mileísta.
Aunque en las últimas semanas circularon versiones de un posible acuerdo, LLA salió a despegarse con un comunicado en el que ratificaron su candidatura propia, en clave de victimismo mediático:
“Tras una descomunal cantidad de operaciones mediáticas (…), nos complace confirmar que LLA competirá en Corrientes”.
El candidato con más chances de encabezar la fórmula libertaria sería Lisandro Almirón, diputado nacional con pasado en el peronismo y en otras fuerzas provinciales. Su figura, sin embargo, no entusiasma al oficialismo, que lo ve como un “saltimbanqui” de la política correntina.
Desde el entorno de Valdés minimizan el impacto de la jugada libertaria. Aunque reconocen que Milei tiene buena imagen en la provincia, aseguran que el armado local está sólido y que los intendentes —verdadero poder territorial— están alineados con el gobierno provincial.
“No sabemos qué tienen los libertarios en Corrientes. No tienen intendencias y los diputados que tienen eran de otros partidos y saltaron. No tienen estructura propia”, sentenciaron.
Así, mientras el oficialismo consolida un frente de amplio alcance, los libertarios apuestan al arrastre de la figura presidencial. La gran incógnita: cuántos votos logra capitalizar Milei sin estructura, sin alianzas y con un candidato cuestionado.