El Gobierno desembolsó una suma millonaria para cumplir con vencimientos de bonos, mientras las reservas del Banco Central se desinflan peligrosamente.
Las reservas internacionales del Banco Central sufrieron este martes una dura caída de USD 2.550 millones, una baja del 6,1%, que dejó el stock en USD 39.168 millones. ¿El motivo? Un fuerte pago por vencimientos de deuda externa, principalmente bonos emitidos bajo legislación extranjera, conocidos como “Globales”.
💸 La deuda no da tregua: lo que viene
Este desembolso es solo el primer golpe: el Tesoro enfrenta durante julio pagos por más de USD 4.600 millones. La mayoría de estos bonos está en manos privadas y fueron colocados en mercados internacionales, por lo que los dólares se fugaron directamente del sistema local.
El martes se pagaron USD 2.500 millones por los bonos GD29, GD30, GD35, GD38, GD41 y GD46. Y este jueves habrá que sumar otros USD 1.800 millones por los AL29, AL30, AL35, AE38 y AL41, que, aunque están bajo ley argentina, también implican una fuerte salida de divisas.
📈 El mercado, optimista pero cauteloso
A pesar del drenaje, el mercado reaccionó con cierto alivio: se valoró que el Gobierno honrara sus compromisos. Incluso, los bonos soberanos registraron leves subas, aunque cotizaron “ex cupón” por el corte del pago de intereses.
Algunos analistas creen que este movimiento puede derivar en recompras o reinversiones por parte de los inversores que cobraron los cupones.
⚠️ ¿Y ahora qué?
Aunque el Tesoro había hecho compras anticipadas de dólares para afrontar el pago, las reservas netas siguen en niveles peligrosamente bajos. El bono AL30, por ejemplo, continúa atrayendo a inversores por su rendimiento del 13% anual en dólares y su esquema de amortización acelerada, que lo hace más predecible políticamente.
Desde el Gobierno buscan mostrar este pago como una señal de “normalización”, pero los desafíos para sostener el equilibrio monetario siguen siendo enormes. Economistas como Gustavo Ber y Damián Vlassich coinciden en que la estrategia apunta a estabilizar sin sobresaltos, aunque con una soga cada vez más tensa.