Un reciente informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA revela que el 35,5% de la infancia argentina sufrió dificultades para acceder a una alimentación adecuada durante 2024, y un 16,5% vivió la situación en su forma más grave.
Según el estudio titulado “Inseguridad alimentaria en la infancia argentina: un problema estructural observado en la coyuntura actual”, elaborado por el equipo de la Universidad Católica Argentina, más de 4,3 millones de niños, niñas y adolescentes enfrentaron inseguridad alimentaria en el último año. Esta problemática afecta especialmente a hogares con jefaturas informales o sin empleo, familias monoparentales y núcleos numerosos.
El documento advierte que la falta de alimentos nutritivos impacta no solo en la salud física de los menores, sino también en su desarrollo cognitivo y emocional. Además, existe una fuerte relación entre inseguridad alimentaria y bajo rendimiento escolar, ya que la escuela es uno de los pocos espacios que garantiza acceso a una nutrición adecuada para muchos niños.
Entre 2022 y 2024, más de la mitad de los niños argentinos vivieron al menos un año con inseguridad alimentaria. Solo el 44,5% logró evitar esta situación. La región del AMBA concentra los índices más altos, aunque la problemática crece rápidamente en el interior del país.
Para enfrentar esta crisis, el informe recomienda políticas públicas integrales que incluyan refuerzo de transferencias sociales, acceso igualitario a la alimentación escolar y estrategias territoriales focalizadas en los sectores más vulnerables.
La inseguridad alimentaria infantil no es solo una emergencia coyuntural, sino un problema estructural que requiere compromiso estatal y soluciones a largo plazo para garantizar el presente y futuro de millones de niños argentinos.