Tras el duro revés en el Senado, donde la oposición logró aprobar subas para jubilaciones, una prórroga de la moratoria previsional y la emergencia en discapacidad, Javier Milei ya dejó en claro que usará el veto. Ahora, el foco está en blindar esa decisión en Diputados, donde el oficialismo necesita sostener el rechazo y evitar que las leyes vuelvan a imponerse.
Con La Libertad Avanza (39 bancas) y parte del PRO como sostén, el Gobierno apuesta a contener cualquier intento opositor de alcanzar los dos tercios necesarios para insistir. La tarea no es sencilla: el receso invernal se acerca, las internas siguen vivas, y las presiones por el ajuste social crecen.
Gobernadores bajo la lupa
La clave de la estrategia pasa por los gobernadores: en sus manos está parte del destino parlamentario de estas leyes. El Ejecutivo ya activó contactos con los jefes provinciales, en especial los que controlan bloques como Innovación Federal o la Liga de la UCR.
Desde la Rosada aseguran contar con guiños de Misiones, San Juan y Tucumán, aunque otros mandatarios todavía dudan o se inclinan por respaldar los aumentos, presionados por la realidad económica en sus territorios.
Qué dice la Constitución
El artículo 83 de la Constitución es claro: si el Presidente veta una ley, esta vuelve a la cámara de origen, y si se aprueba por dos tercios, pasa a la otra cámara para intentar lo mismo. Si ambas insisten, el veto cae y la ley queda promulgada.
Ya en 2024 Milei logró frenar el aumento del 8,2% para jubilados y también vetó la ley de financiamiento universitario. En ambos casos, Diputados fue su muro de contención. Esta vez, el escenario es más frágil y la votación llegaría recién en agosto, luego del receso invernal. Hasta entonces, se jugará un partido clave entre pactos, vetos y presión social.