InicioPoliticaMilei enfría la cumbre con gobernadores y se atrinchera detrás del veto

Milei enfría la cumbre con gobernadores y se atrinchera detrás del veto

La relación entre el Gobierno nacional y las provincias entra en una nueva fase de tensión. Javier Milei ya ni disimula: mientras espera que el Congreso le envíe las leyes para aplicarles su prometido veto, los gobernadores preparan una contracumbre en el Consejo Federal de Inversiones (CFI), en señal de ruptura con la Rosada.



La cumbre que buscaba recomponer puentes quedó en la nada. Aunque el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, dirá presente este jueves en la inauguración de La Rural, no habrá foto de unidad ni gestos de acercamiento. Todo lo contrario: el clima entre Nación y provincias se sigue caldeando, sobre todo después de que Milei acusara a los gobernadores de votar leyes “populistas” que ponen en jaque su ajuste fiscal.

Con Francos corrido del centro de la escena, el Gobierno se atrinchera detrás de dos soldados leales: el presidente de Diputados, Martín Menem, y el ministro de Economía, Luis Caputo. Ambos intentan descomprimir vía teléfono, pero sin resultados visibles. Por eso, los 24 mandatarios provinciales preparan una cumbre alternativa en el CFI, para fijar una postura común ante el endurecimiento libertario.

Vetos, fondos y un dólar que no afloja

El conflicto tiene nombre y apellido: vetos presidenciales. Milei ya avisó que bloqueará cualquier iniciativa que afecte su meta de superávit. En la mira están la nueva fórmula de movilidad jubilatoria, la prórroga de la moratoria previsional y los cambios en la distribución de los fondos coparticipables y del impuesto a los combustibles.

Este jueves, el Senado girará esas leyes a Diputados, donde la Comisión de Presupuesto -comandada por José Luis Espert- definirá si las congela, las modifica o las empuja. Mientras tanto, la Rosada cierra filas: “El superávit no se negocia”, repiten cerca de Caputo. Aunque dejan abierta una ventanita para discutir alguna obra esencial con financiamiento compartido.

Pero la tensión política no es gratis. El dólar volvió a sacudirse y ya superó los $1300, obligando al Gobierno a intervenir para evitar que se dispare más allá del techo acordado con el FMI. El mercado huele incertidumbre y la política, lejos de calmarlo, sigue echando leña al fuego.

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