Un nuevo estudio de opinión nacional encendió las alarmas en Casa Rosada: el presidente Javier Milei acumula un 61,3% de desaprobación y su imagen negativa ya alcanza el 59,5%. A ocho meses de asumir, el respaldo ciudadano se desploma en medio de un ajuste que no da tregua y una economía que no mejora en la calle.

La encuesta, realizada en julio de 2025, muestra una caída sostenida en la aprobación presidencial, que hoy apenas llega al 36,2%. En tanto, su imagen positiva se ubica en 37,1%, muy por debajo del entusiasmo que lo llevó al poder en el balotaje.
Ajuste sin anestesia, pero sin resultados
Entre los principales motivos del creciente rechazo aparecen el ajuste feroz sobre jubilaciones, la paralización de la obra pública, los recortes presupuestarios y la pérdida de poder adquisitivo. Aunque Milei insiste en que la inflación “está bajando”, la mayoría de la población no ve mejoras concretas en su economía diaria.
Por el contrario, el humor social refleja descontento y escepticismo. La sensación general es que el plan económico solo beneficia a unos pocos, mientras el resto sigue ajustándose el cinturón.
La “libertad” prometida, cada vez más lejana
El relato oficial de la “libertad” choca contra una realidad de tarifas por las nubes, salarios licuados y un mercado interno paralizado. Las expectativas se derrumban, incluso entre votantes que confiaron en el presidente. Analistas advierten que Milei ya enfrenta un desgaste prematuro que limita su margen de maniobra política.
Mientras el Gobierno intenta avanzar con nuevas reformas y más motosierra, el creciente malestar social y la pérdida de apoyo popular amenazan con aislar aún más al oficialismo. Con estos números, sostener la gobernabilidad será una tarea cada vez más cuesta arriba.
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