A partir del 1° de agosto, las tarifas de electricidad y gas volverán a subir, en línea con el esquema de actualizaciones mensuales que impulsa el Gobierno. Aunque los incrementos serán moderados, el impacto en las boletas no pasará desapercibido: se estima que las subas promediarán entre el 1,5% y el 2%.
El ajuste fue oficializado este jueves a través de las resoluciones 334, 335 y 1090 publicadas en el Boletín Oficial. Según el Ministerio de Economía, las actualizaciones responden al intento de “acomodar precios relativos” en un contexto de menor inflación.
Luz con alza moderada y “baja técnica” en el gas
En el caso de la electricidad, el precio mayorista subirá un 0,4%. Para el gas, en cambio, se dispuso una baja del 4,04% en dólares en el precio del PIST (Punto de Ingreso al Sistema de Transporte), una medida que busca compensar el impacto de la suba del tipo de cambio oficial.
Sin embargo, esa baja se verá parcialmente contrarrestada por una suba en el recargo para financiar la denominada “zona fría” —beneficio para las regiones con climas más rigurosos— que pasará del 6,40% al 6,60%, según la resolución 1090.
Combustibles: nuevo retoque impositivo y más aumentos
A estos ajustes se suma un nuevo incremento en los impuestos al combustible líquido (ICL) y al dióxido de carbono (IDC). Según el decreto 552, el litro de nafta súper subirá $6,95 por impuestos (alrededor de un 0,5%) y el gasoil $0,42 (0,2%).
Con este nuevo aumento, el precio promedio de la nafta súper en estaciones de servicio de YPF en la Ciudad de Buenos Aires alcanzaría los $1253. El cronograma de actualización impositiva finalizará en septiembre.