La Justicia amplía la pesquisa por el escándalo del fentanilo contaminado —que ya dejó 96 muertos— y apunta a los laboratorios HLB Pharma y Ramallo, ligados a la familia Furfaro. Ahora, el foco no solo está en el opioide: también se analizan lotes de diclofenac y adrenalina tras múltiples reportes de efectos adversos graves.
Más de 100 expedientes bajo la lupa
El juez Ernesto Kreplak revisa documentación de la ANMAT y detectó alertas por medicamentos que provocaron fiebre, vómitos y abscesos en pacientes. Uno de los casos más graves es el de una joven marplatense de 28 años que terminó con una infección glútea tras recibir una inyección de diclofenac. Entre 2018 y 2019, hubo 29 reportes similares en Río Negro, Buenos Aires y Entre Ríos.
El INAME advirtió que el excipiente Cremophor, presente en la fórmula de estos fármacos, podría ser el responsable de las reacciones, algo que no se registró en los productos de otros 14 laboratorios. Pese a las alertas, la orden de retiro recién se sugirió el 12 de febrero.
Sospechas de mercado negro
La causa comenzó cuando el Ministerio de Seguridad halló en HLB Pharma y Ramallo cinco kilos de fentanilo, parte ya utilizado en hospitales. La hipótesis: un posible desvío de ampollas hacia el mercado negro.
Los Furfaro denuncian sabotaje y apuntan al exdiputado provincial Andrés Quinteros. Por ahora, hay 24 imputados, allanamientos y material secuestrado, pero ningún procesado.
Polémica judicial y presión política
El juez Kreplak está en el ojo de la tormenta por su parentesco con el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak. Legisladores de distintos bloques piden una comisión investigadora en el Congreso y la fiscalía revisará el accionar de la ANMAT en los últimos cinco años.
Este martes, se dispuso una pericia en la Facultad de Ciencias Exactas de La Plata para analizar las ampollas de fentanilo y rastrear posibles desvíos.
