Un golpe al narcotráfico sacudió a la capital riojana. Dos allanamientos permitieron desarticular a una banda dedicada a la venta de drogas, con un botín que incluyó más de 3 kilos de cocaína, dinero en efectivo, celulares, balanzas electrónicas y hasta un auto.
Las investigaciones habían comenzado a principios de agosto, con tareas de inteligencia, seguimientos e intervenciones telefónicas coordinadas con la División Enlace de la DAJUDECO. El trabajo permitió identificar a los integrantes de la organización y reconstruir su manera de operar.
El dato más escandaloso es que el hijo del principal cabecilla trabajaba como supervisor en el Centro de Monitoreo de la ciudad de La Rioja. Desde allí, avisaba a la banda sobre posibles controles policiales, transformándose en un engranaje clave para que la cocaína circulara sin tropiezos. Su propia casa funcionaba como búnker de venta y distribución al menudeo.
Finalmente, el 28 de agosto, la Policía irrumpió en las viviendas de los sospechosos: todos fueron detenidos y trasladados a la sede de la DUOF La Rioja. Ahora quedaron a disposición del juez federal Daniel Herrera Piedrabuena.