El Banco Central no comprará dólares a menos que la cotización toque los $1.000, confirmó Guillermo Francos ante Diputados. La decisión va en contra de lo recomendado por el FMI, que había sugerido aprovechar la calma cambiaria para reforzar reservas.
El Gobierno apuesta al “dólar flotante” y evita cualquier señal de control cambiario. Según Francos, la intervención solo se activará si el tipo de cambio perfora el piso de los $1.000, manteniendo la estrategia de mercado libre.
Privatizaciones y deuda para apuntalar reservas
Para fortalecer las reservas, la Casa Rosada planea avanzar con la privatización de empresas estatales, la emisión de deuda en moneda extranjera y acuerdos con organismos internacionales.
El objetivo oficial es claro: enviar señales de estabilidad y confianza a los mercados, reducir el déficit y sostener el programa de ajuste fiscal, sin depender de intervenciones directas del Central.