El Banco Central volvió a generar tensión con el sistema financiero. A través de la Comunicación A 8311, impuso restricciones más estrictas en la operatoria bancaria en dólares, buscando controlar la liquidez y frenar la volatilidad del dólar antes de las elecciones legislativas.
Las entidades bancarias no tardaron en reaccionar: ejecutivos en off califican las medidas como una “señal de imprevisibilidad total”, que dificulta la planificación y los deja expuestos a pérdidas por falta de herramientas de cobertura.
Qué cambia con la Comunicación A 8311
A partir del 1° de diciembre de 2025, los bancos deberán cumplir con tres nuevas disposiciones:
La Posición Global Neta Negativa de Moneda Extranjera (PGNME) se calculará diariamente, en lugar de mensual.
El límite diario de la posición de contado negativa no podrá superar el 30% de la Responsabilidad Patrimonial Computable (RPC) del mes anterior.
Se prohíbe incrementar la posición de contado en dólares el último día hábil del mes respecto del día anterior.
El objetivo oficial: reducir movimientos especulativos y controlar la volatilidad del dólar futuro, justo en los cierres mensuales y en plena campaña electoral.
La city advierte sobre el “torniquete cambiario”
Bancos y operadores financieros coinciden en que las nuevas regulaciones llegaron sin aviso previo y en un momento especialmente crítico: cierre de contratos de dólar futuro y elecciones legislativas.
Un operador afirmó:
“El BCRA te obliga a elegir entre quedar descalzado o convalidar tasas altísimas en los mercados de futuros. Es una trampa”.
La consecuencia: incertidumbre operativa y reducción de márgenes de maniobra en un contexto económico ya muy intervenido.
¿Motivación política detrás de la medida?
Aunque el Banco Central no lo reconoce, en la city sostienen que la medida tiene un fuerte componente electoral: desacelerar la demanda de dólares y evitar saltos bruscos en la cotización que puedan afectar la campaña de Javier Milei.
El BCRA logra contener la presión cambiaria a corto plazo, pero profundiza el malestar con el sistema financiero, que denuncia reglas poco claras y una falta de previsibilidad preocupante.