Caso Diego Spagnuolo: el gobierno Milei tambalea entre corrupción y supervivencia

El escándalo de los audios de Diego Spagnuolo desató la peor crisis política del gobierno de Javier Milei. Lo que empezó como un murmullo en los pasillos terminó golpeando de lleno al corazón del poder: Karina Milei y Eduardo “Lule” Menem.

El caso es brutal en su simpleza: presunta malversación de fondos públicos destinados a medicamentos para personas con discapacidad a través de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis). No se trata de obras faraónicas ni licitaciones enredadas: es plata para remedios que nunca llegó a quienes más lo necesitan. Esa crudeza lo vuelve devastador.

Las cifras son aún más escandalosas. La droguería Suizo Argentina, involucrada en el entramado, facturó en 2024 unos $3.900 millones con el Estado. En lo que va de 2025, la cifra trepó a más de $108.000 millones: un salto del 2.678%. Un crecimiento imposible de explicar sin sospechas.

El fantasma de Karina Milei

No es la primera vez que la hermana presidencial queda bajo la lupa. Desde el reclamo del orfebre Juan Carlos Pallarols por un supuesto pedido de coima, hasta las denuncias de exfuncionarios y dirigentes que la señalan como “cajera” del poder, la sombra sobre Karina Milei siempre estuvo. El caso Spagnuolo la vuelve ineludible.

El propio Spagnuolo ya se presentó en tribunales y podría acogerse a la Ley del Arrepentido. Para salvarse, debería apuntar hacia arriba. Y todos saben a dónde conduce ese camino.

La defensa: la misma receta de siempre

Milei eligió la victimización. Habló de “opereta” de la casta y de persecución, un libreto idéntico al que usaron el kirchnerismo con los bolsos de López o el macrismo con los aportantes truchos. La diferencia es que Milei prometió ser distinto, pero hoy repite lo mismo.

El oficialismo intenta aislar el problema en Spagnuolo y blindar a Karina. Pero todos reconocen que sin “El Jefe” no hay Milei: su hermana es la armadora política y el sostén emocional del Presidente. Si cae ella, cae él.

El contraste más letal

Mientras Milei repetía que “el ajuste lo paga la casta”, la realidad muestra otra cosa: salarios pulverizados, desempleo en alza y los más humildes cargando con el costo del ajuste. Y ahora, audios y contratos que revelan cómo el círculo íntimo del poder habría hecho negocios millonarios con medicamentos. El contraste es letal.

El impacto político

Las encuestas ya midieron el golpe. Según Management & Fit, el 94% conoce el caso y el 73% lo considera grave. Más de la mitad asegura haber perdido confianza en el gobierno. La caída es evidente: Milei construyó su liderazgo sobre la promesa de destruir a la “casta”, pero hoy aparece hundido en un escándalo que lo deja desnudo.

Los analistas coinciden: el núcleo duro no lo abandona, pero el electorado “prestado” de Juntos por el Cambio empieza a darle la espalda. “El problema no es la oposición, que está desarticulada, sino la erosión de legitimidad y la desafección social”, advierte el consultor Hugo Haime.

El riesgo Milei

A los problemas económicos ahora se suma el primer gran escándalo de corrupción. La fórmula es explosiva. El relato de “terminar con la casta” se desmorona, y el verdadero riesgo ya no es el “fantasma K”, sino el riesgo Milei: un gobierno acorralado, debilitado y en plena cuenta regresiva para sostener la confianza que lo llevó al poder.