Un reciente informe del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA-CTA) alerta sobre la significativa pérdida de poder adquisitivo de los salarios registrados en Argentina, que desde noviembre de 2023 se desplomaron un 9% según un índice de precios reponderado.
La actualización oficial del Indec sobre la canasta de bienes y servicios, que permitirá medir con mayor precisión el impacto en los ingresos, se espera para fin de año.
El estudio advierte que la fuerte devaluación y el aumento de precios al inicio del gobierno de Javier Milei provocaron una caída extraordinaria del salario real. Aunque la inflación se desaceleró en tramos posteriores, los salarios siguieron con un comportamiento fluctuante y levemente descendente, afectados por el aumento del desempleo y los límites a los aumentos salariales impuestos por el gobierno.
En junio de 2025, el salario real registrado estaba 5,5% por debajo del nivel de noviembre de 2023. La situación varía según el sector: en el privado, la caída fue mínima (0,6%), mientras que en el sector público los salarios se desplomaron 14,3%, acumulando una pérdida del 37,9% respecto a noviembre de 2015.
Además, el informe critica la falta de actualización de los ponderadores de gasto, que subestima la línea de pobreza. Según un ajuste de estos datos, la pobreza urbana para el semestre octubre 2024–marzo 2025 llegaría al 43,3%, muy por encima del 34,7% oficial.
El salario mínimo tampoco escapa a la erosión: según el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP-UBA-Conicet), entre noviembre de 2023 y julio de 2025 cayó un 32% en términos reales, quedando por debajo del nivel de 2001 y con un retroceso del 62% respecto de su máximo histórico de septiembre de 2011.
El informe concluye que la caída de los salarios y la pérdida de poder adquisitivo golpea directamente al consumo y reduce la capacidad de las familias para acceder a bienes y servicios, agravando la situación económica de los hogares argentinos.