El Gobierno llega a las elecciones bonaerenses con malas noticias bajo el brazo: los ingresos no levantan cabeza y el poder adquisitivo sigue desplomado. Según mediciones privadas, si se aplicara la nueva metodología para calcular la inflación, la caída de los salarios sería casi el doble de lo que muestran hoy las estadísticas oficiales.
El derrumbe del salario real
Desde noviembre de 2023, el salario mínimo se achicó un 32,5% en términos reales y las remuneraciones en promedio retrocedieron un 5%. El informe del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA) señala que tras el golpe de la devaluación y la disparada de precios en el inicio de la gestión Milei, hubo una recuperación parcial, pero que llegó a su techo en noviembre de 2024.
Desde entonces, la baja inflación no se tradujo en mejores sueldos. Al contrario: el desempleo presionó las paritarias a la baja y el propio Gobierno intervino para que los aumentos quedaran por detrás del índice de precios. Resultado: en junio de este año, los salarios reales estaban 5,5% por debajo de los de noviembre de 2023.
El “IPC reponderado”
El debate ahora gira en torno a la canasta con la que el INDEC mide la inflación. El índice actual se arma con datos de 2003/2004, pero ya está listo un nuevo IPC basado en la encuesta de 2017/2018. Según CIFRA, al aplicar ese cálculo alternativo la pérdida de poder adquisitivo llega a 9,1% entre noviembre de 2023 y junio de 2025.
Sector privado: con el IPC viejo, perdieron apenas 0,6%. Con el nuevo, la caída se dispara a 4,4%.
Sector público: la pérdida llega al 14,3% con el IPC actual y al 17,6% con el reponderado.
Incluso el FMI ya tomó nota: en su último informe mencionó que el INDEC planea publicar el nuevo índice recién a fines de 2025.
El ingreso en caída libre
Más allá de la discusión estadística, la realidad golpea fuerte:
El salario mínimo de hoy vale menos que en gran parte de los años ‘90 y hasta que en plena crisis de la Convertibilidad.
El ingreso disponible de los hogares del AMBA cayó tres veces en los últimos cuatro meses y está 7% por debajo de noviembre de 2023.
Para compensar, los hogares se endeudan: los préstamos familiares crecieron 60% en términos reales desde noviembre.
Y casi 1 de cada 10 trabajadores ya tiene más de un empleo, un fenómeno que había bajado tras la pandemia pero que volvió con fuerza.