La Cámara de Diputados le propinó un duro golpe al oficialismo: rechazó por amplia mayoría los vetos presidenciales a la ley de emergencia pediátrica, que asegura el financiamiento del Hospital Garrahan, y a la ley de financiamiento universitario. La derrota evidencia que los gobernadores, sectores del Pro y aliados libertarios ya no respaldan la estrategia de Milei.
Una derrota contundente
La votación dejó cifras claras:
Emergencia pediátrica: 181 votos a favor, 60 en contra y 1 abstención.
Financiamiento universitario: 174 a favor, 67 en contra y 2 abstenciones.
La oposición superó con holgura los dos tercios necesarios para insistir con ambas leyes, dejando al oficialismo sin margen de maniobra.
Gobernadores y aliados se desmarcan
A pesar de intentos del Gobierno por torcer la votación mediante gestos a las provincias y el reparto de Aportes del Tesoro Nacional (ATN), los gobernadores priorizaron los reclamos sociales y educativos de sus distritos.
Diputados radicales de Mendoza, cercanos a Cornejo, votaron con la oposición.
En Entre Ríos, un legislador alineado con Frigerio se ausentó.
Bloques provinciales como Innovación Federal respaldaron las leyes después de haberse abstenido en la primera votación.
Fisuras en el Pro y aliados libertarios
El bloque Pro evidenció fracturas internas: siete diputados, incluidos Silvia Lospennato y Germana Figueroa Casas, rechazaron los vetos. María Eugenia Vidal votó en contra del veto al Garrahan y se abstuvo en la ley universitaria.
Incluso legisladores cercanos al oficialismo, como Gabriel Chumpitaz (Santa Fe) y Martín Arjol (Misiones), se sumaron al rechazo. Lo mismo hicieron los diputados del MID y Marcela Pagano, actualmente enfrentada a la conducción libertaria.
Un golpe político de alto impacto
El resultado deja a Milei frente a una derrota política que podría repetirse en el Senado. La estrategia de blindar el ajuste mediante vetos queda debilitada por la falta de apoyo de gobernadores y la pérdida de respaldo dentro de sus aliados.
Con universidades, gremios docentes y el sector de la salud movilizados, el Congreso envía un mensaje claro: los vetos presidenciales ya no cuentan con el blindaje político que Milei esperaba.