La clase media argentina recibió un fuerte golpe: gas, transporte y luz aumentaron a niveles históricos durante la presidencia de Javier Milei, afectando directamente los presupuestos familiares.
Según el Observatorio de Tarifas y Subsidios del IIEP (UBA-CONICET), la canasta de servicios públicos se incrementó un 514% en apenas 22 meses, multiplicando más de cinco veces su valor. El gas natural encabezó la escalada con un aumento del 913%, mientras que el transporte público subió un 852%.
Otros servicios esenciales también sufrieron alzas significativas: la energía eléctrica aumentó un 228% y el agua potable se elevó un 376%.
Estos incrementos reflejan la eliminación de subsidios en el marco de la búsqueda de superávit fiscal del Gobierno. Los principales afectados son los jubilados con vivienda propia y la clase media, mientras que los sectores más humildes mantienen algún grado de cobertura, aunque de manera desigual.
Aunque en 2025 la suba de tarifas se desaceleró a un 21% acumulado, el impacto inicial sigue marcando un deterioro en el poder adquisitivo, haciendo que el gasto en servicios represente hoy una porción crítica del salario de la clase media.