Después de arrasar en las elecciones porteñas, Patricia Bullrich decidió bajarse de la pelea por la jefatura de Gobierno y ya piensa en un desafío mayor: convertirse en la compañera de fórmula de Javier Milei en 2027.
La ministra de Seguridad busca quedarse con la presidencia provisional del Senado, un puesto estratégico que la dejaría a un paso de la línea de sucesión presidencial. Con más de medio siglo de carrera política, Bullrich parece haber entendido que el poder no siempre se mide en votos, sino en lugares clave dentro del tablero.
Del voto porteño al sueño presidencial
Con más del 50% de los votos en la Ciudad, Bullrich tuvo margen de sobra para disputar la sucesión de Jorge Macri, pero optó por mirar más lejos. Su entorno asegura que quiere “un rol con peso nacional, pero sin el desgaste de una gestión local”.
La ministra ya mantuvo encuentros con referentes libertarios, entre ellos Pilar Ramírez, delegada de Karina Milei, a quien alentó a competir por la Ciudad. Ramírez, sin embargo, pidió tiempo: “No es el momento”, le respondió.
En La Libertad Avanza reconocen que, si Bullrich se baja, podría abrirse un vacío de liderazgo porteño. “No vemos a Adorni como un candidato con gestión”, deslizó una fuente libertaria, dejando entrever las tensiones internas.
Roces con Jorge Macri y cuentas pendientes
Aunque Milei y Bullrich compartieron gestos cordiales en la última reunión con los gobernadores, en el entorno de la ministra hay fastidio con Jorge Macri. Aseguran que el jefe de Gobierno habría impulsado la candidatura de Ricardo López Murphy para dividir el voto.
“Va por la Ciudad, vamos por los primos. Ellos quieren que Patricia no compita”, ironizan desde el círculo de confianza de la ministra, que ahora mira hacia la Casa Rosada.
El nuevo plan de Bullrich está claro: dejar la gestión, ganar poder y apuntar a ser la vice de Milei en 2027. Una movida que, fiel a su estilo, mezcla cálculo, ambición y un ojo puesto en el sillón presidencial.