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Zamora pateó el tablero y dejó al kirchnerismo sin dos votos clave en el Senado

El Senado volvió a sacudirse: Gerardo Zamora decidió romper filas con el kirchnerismo y armar su propio bloque junto a la senadora Elia Moreno, en una movida que deja al peronismo más debilitado y reconfigura el mapa político de la Cámara Alta.



El gobernador santiagueño recuperará el histórico sello del Frente Cívico por Santiago, con el que ya había tenido presencia en el Senado entre 2013 y 2017, cuando dejó la gobernación en manos de su esposa, Claudia Ledesma Abdala. Ahora, vuelve con bancada propia y toma distancia explícita de Fuerza Patria, el espacio alineado con la ex vicepresidenta Cristina Kirchner.

En el círculo de José Mayans todavía esperaban retener el respaldo de Zamora, pero los puentes con el kirchnerismo vienen tensos desde hace meses. La jugada llega en pleno escenario de negociaciones con la Casa Rosada, donde el gobernador busca mayor margen de autonomía para acordar temas clave como el Presupuesto y las reformas impulsadas por el Gobierno nacional.

Un golpe directo al peronismo del Senado

La decisión de Zamora es un mazazo para el peronismo. El bloque, que supo contar con 34 senadores, cayó a 28 y podría quedar en apenas 26 si se formaliza la salida de los dos santiagueños. Además, cuatro de esos legisladores pertenecen a Convicción Federal, que ya anticipó que no acompañará la unificación del espacio impulsada por Mayans.

En Santiago del Estero la alianza electoral entre Zamora y el kirchnerismo seguía funcionando: dos bancas quedaron en manos del Frente Cívico y la tercera para José “Pichón” Neder, que seguirá en Fuerza Patria. Pero todo se tensó cuando el gobernador recibió a Diego Santilli en medio de negociaciones nacionales. Ese gesto encendió las alarmas en el peronismo.

En Diputados, Zamora conserva siete legisladores dentro del bloque de Germán Martínez, aunque su movimiento en el Senado podría anticipar una reconfiguración también en la Cámara baja. Un escenario que inquieta al kirchnerismo, justo cuando pelea por retener la primera minoría y sus lugares clave en organismos como el Consejo de la Magistratura.

La nueva correlación de fuerzas empezará a definirse la semana próxima, cuando los diputados electos juren sus cargos y se abran nuevas negociaciones que marcarán el rumbo político del Congreso.

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