Mientras el Gobierno celebra la “estabilidad macroeconómica”, la realidad de los trabajadores muestra otra cara: el 31% usará el aguinaldo para pagar lo básico. Lejos de ahorrar o planear vacaciones, millones solo intentan llegar a fin de mes.
Con la llegada del medio aguinaldo, millones de argentinos recibieron un ingreso extra que, en otro contexto, podría haber significado un pequeño respiro o incluso un gusto. Sin embargo, según una encuesta reciente, tres de cada diez trabajadores ya decidieron destinarlo a necesidades esenciales como expensas, servicios, medicamentos y cuotas escolares.
“El argentino promedio entendió que este año no hay lugar para el disfrute. La prioridad es sostenerse”, explicó Damián Di Pace, director de la consultora que realizó el relevamiento. Y es que el aguinaldo, que en otros tiempos servía para ahorrar o planear las vacaciones, hoy se convirtió en una muleta para no caer en la trampa de la inflación.
Todo esto ocurre mientras el relato oficial insiste en una supuesta recuperación económica. Pero en los bolsillos, esa mejora no se siente: la plata no alcanza y el aguinaldo ya no es un premio, sino un salvavidas.