El aguinaldo, históricamente sinónimo de alivio o disfrute para los trabajadores, hoy se transforma en una herramienta de supervivencia. Según un informe de la consultora Focus Market, el 40% de los asalariados destinará el medio aguinaldo de junio a saldar deudas o cubrir gastos corrientes.
El relevamiento —basado en 7.500 casos en todo el país— revela un cambio profundo en el destino de este ingreso extraordinario. Un 31% lo usará para cubrir servicios básicos, como expensas, colegios, medicina prepaga y otros compromisos que ya no alcanzan a pagarse con el sueldo mensual. Otro 9% lo destinará exclusivamente a saldar deudas, mientras que apenas un 2% lo utilizará para “stockearse” en el supermercado, una estrategia cada vez más común frente a la inflación.
“La crisis está modificando silenciosamente el patrón de consumo del argentino”, advierte el estudio. Y el dato lo confirma: en diciembre del año pasado, las vacaciones encabezaban las prioridades de uso del aguinaldo. Hoy ese rubro cayó al cuarto lugar.
El contraste con junio de 2024 es contundente: mientras el porcentaje que usaba el aguinaldo para gastos generales era del 7%, este año trepó al 31%. Y quienes lo destinaban a vacaciones pasaron del 15% al 11%.
El aguinaldo, en definitiva, ya no es sinónimo de disfrute, sino de emergencia.