El cierre de listas en la provincia de Buenos Aires dejó en claro quién manda, quién resistió y quién logró mantenerse a flote dentro del peronismo. La Cámpora retuvo el control, Axel Kicillof ganó centralidad en el conurbano y Sergio Massa salvó los muebles. Todos tuvieron que ceder algo para evitar una fractura en plena campaña.
Aunque el reparto inicial proyectaba un esquema 11-11-7 entre la agrupación de Máximo Kirchner, el gobernador bonaerense y el Frente Renovador, la negociación final terminó con otro dibujo: La Cámpora se quedó con unos 15 lugares entrables, Kicillof con entre 8 y 10, y Massa con 5 o 6.
Kicillof, menos bancas pero más poder territorial
Kicillof no logró el 50% de la lista que pretendía, pero se llevó un premio más valioso: ganó terreno en el conurbano, el corazón electoral bonaerense. Su vice, Verónica Magario, encabezará la Tercera Sección, y Gabriel Katopodis, afín al gobernador, liderará la Primera. Desde allí, podrá motorizar una campaña con eje en la confrontación con Javier Milei y reforzar su armado “Derecho al Futuro”, que ya cuenta con el respaldo de 40 intendentes.
En la Legislatura bonaerense, Kicillof no tendrá el peso que buscaba, pero sí consolidó su figura frente a una Cristina Fernández de Kirchner que ya no juega en primera línea, aunque aún influye.
La Cámpora conserva el liderazgo, pero con nuevas reglas
La agrupación de Máximo Kirchner sigue siendo el actor principal en el armado bonaerense. Encabezará listas en cinco secciones clave, con nombres propios como Diego Videla (Cuarta), Fernanda Raverta (Quinta) y Alejandro Dichiara (Sexta). En varias de ellas, incluso logró colocar segundos lugares, como en la Sexta, donde también va Maite Alvado.
Pero el avance de Kicillof en zonas clave marca un cambio de equilibrio: la hegemonía camporista ya no es total. El mensaje fue claro: sin unidad, no hay chances en la elección que se viene.
Massa: menos visibilidad, pero lugar asegurado
El Frente Renovador de Sergio Massa, pese a haber salido debilitado de las elecciones nacionales, logró mantener entre 5 y 6 bancas. No es mucho, pero suficiente para seguir sentado en la mesa chica del PJ bonaerense.