Desde su arresto domiciliario, Cristina Kirchner está armando su estrategia para las elecciones de octubre: quiere contar con senadores propios, incluir artistas en las listas y tener control sobre la Corte Suprema. Mientras tanto, Axel Kicillof y Sergio Massa toman distancia, y Máximo Kirchner enfrenta resistencia en la Provincia de Buenos Aires.
Con menos de dos meses para el cierre de alianzas, el peronismo atraviesa un escenario de fuerte tensión interna. A pesar de estar bajo prisión domiciliaria y con una condena firme en la causa Vialidad, Cristina Kirchner no se da por vencida. Desde su residencia en Constitución, trabaja en una lista con nombres inesperados —entre ellos, una cantante famosa— con el objetivo de consolidar su liderazgo y mantener presencia clave en el Senado para negociar la futura conformación de la Corte Suprema.
Sin embargo, el plan se encuentra con varios obstáculos. Kicillof y Massa se mueven con mayor independencia, mientras que en la Tercera Sección Electoral bonaerense crecen las dudas sobre la candidatura de Máximo Kirchner. Varios intendentes del conurbano ya advierten que, si él encabeza la lista, la unidad será imposible.
El objetivo principal: controlar el Senado y condicionar a la Corte
Cristina busca que su nombre figure en la boleta del conurbano, una zona donde el peronismo todavía tiene fuerte arraigo. Con una buena elección en la Tercera Sección y senadores afines, pretende influir en la renovación del máximo tribunal. Para ello, necesita asegurarse al menos 30 bancas en el Senado. Su preocupación judicial sigue vigente: además de la causa Vialidad, están pendientes decisiones sobre Hotesur-Los Sauces, el pacto con Irán y los cuadernos.
En la Provincia, la discusión gira en torno a si Máximo debe liderar la lista o si se debe apostar a figuras nuevas como Federico de Achával o Nicolás Mantegazza. Intendentes como Fernando Gray y Julio Zamora ya dejaron en claro que, si La Cámpora impone candidatos, la unidad será imposible.
Massa y Kicillof toman distancia de Máximo
La tensión quedó a la vista en Plaza de Mayo: faltaron intendentes y gobernadores, reflejando la división entre el kirchnerismo más duro y otros sectores del peronismo. Massa habló de conformar un nuevo Frente Peronista y dio a entender que no será candidato este año, aunque quiere mantener influencia en la estrategia electoral. Por su parte, Kicillof busca frenar el avance de Máximo sin cortar lazos con Cristina.
Por ahora, sigue abierta la negociación sobre quién tendrá la última palabra en la mesa política: ¿Cristina o el gobernador? Los movimientos del ex Frente de Todos evidencian que nadie quiere ceder terreno sin pelear.
La apuesta de Milei y la alianza con el PRO
En el otro extremo del escenario político, La Libertad Avanza y el PRO ya cerraron un acuerdo para competir juntos el próximo 7 de septiembre. El frente llevará la marca libertaria y prepara el camino para impulsar reformas que Santiago Caputo busca aprobar en el Congreso. Por su parte, el oficialismo también tiene como objetivo controlar la Suprema Corte bonaerense, que hoy tiene cuatro vacantes, en medio de un juicio político clave que se aproxima.
El rumbo de la economía, los niveles de pobreza y la inflación serán determinantes para el humor social. Pero dentro del PJ, las jugadas de Cristina, su conflicto con Máximo y las aspiraciones de Massa y Kicillof dejan en claro que el verdadero enfrentamiento de estas elecciones se juega puertas adentro.
