En un encendido mensaje grabado para la marcha de antorchas en homenaje a Eva Perón, Cristina Fernández de Kirchner reapareció en la escena política con durísimas críticas al gobierno de Javier Milei. Acusó al Presidente de aplicar un “ajuste violento”, gobernar para los poderosos y subordinarse a intereses extranjeros.
La intervención de la exmandataria se difundió durante el acto realizado en Moreno por el 73° aniversario del fallecimiento de Evita. Cristina apeló a la memoria histórica, mezclando recuerdos personales con una lectura crítica de la coyuntura actual.
“Esta marcha me remite a mi juventud en La Plata, cuando participé de la primera tras la dictadura”, recordó, y contrastó aquella Argentina productiva con la actual, que —según señaló— reproduce un modelo basado en la especulación y el endeudamiento iniciado tras el golpe de 1976.
Críticas sin filtro
Cristina fue directa al trazar un paralelismo entre la ruptura de aquel proyecto nacional y la actual gestión libertaria. “Hoy se intenta nuevamente destruir lo argentino con un ajuste brutal y sin precedentes”, denunció.
“No gobiernan para el pueblo, gobiernan para los ricos y bajo las órdenes de las fuerzas del norte, no del cielo como dicen ellos”, disparó, en alusión directa al alineamiento internacional del oficialismo. En ese marco, cuestionó la figura del embajador estadounidense Marc Stanley, a quien comparó con un “interventor” que, según su visión, vino a condicionar la política interna y garantizar que ella enfrente “la justicia que merece”.
“Hay plata, pero para los de siempre”
También apuntó contra la presencia de Milei en la Exposición Rural, en pleno ajuste presupuestario. “No hay plata para los jubilados, para el Garrahan, ni para las universidades… pero sí para uno de los sectores que más tiene”, ironizó, poniendo en duda la legitimidad del proclamado superávit fiscal.
Para la expresidenta, el problema argentino es estructural: “Cada vez que avanzamos, terminamos retrocediendo aún más”, advirtió. Su mensaje cerró con una fuerte crítica al modelo de país que, según señaló, excluye a las mayorías y entrega la soberanía a intereses foráneos.
