La industria no logra levantar cabeza. A pesar de los discursos optimistas del Gobierno, los números del sector fabril muestran una nueva caída en junio, y las pymes encienden las alarmas ante un panorama que se agrava: suben los costos, se abren las importaciones y se encarecen los créditos productivos por la volatilidad financiera.
Según el último informe de FIEL, el Índice de Producción Industrial registró una baja del 1,2% en junio respecto a mayo (ajustado por estacionalidad), mientras que en el segundo trimestre el retroceso fue del 0,8% frente a los primeros tres meses del año. La consultora Orlando Ferreres & Asociados también advirtió sobre una desaceleración creciente, que pone en duda cualquier recuperación sostenida.
Desde el Observatorio IPA (Industriales Pymes Argentinos) fueron contundentes: la mejora interanual que algunos muestran como señal de recuperación “responde más al efecto rebote tras la crisis del 2024 que a un cambio estructural de fondo”.
Incluso los sectores que muestran algo de movimiento —como vehículos, muebles o maquinaria— no logran traccionar al conjunto. Las ramas intensivas en empleo, como la industria textil o la metalurgia, siguen en caída libre.
“La economía real está mucho peor de lo que muestran las estadísticas oficiales. Lo que vivimos día a día en las fábricas es una crisis profunda que todavía no explotó en los números, pero lo va a hacer… y para muchas empresas va a ser tarde”, advirtió Daniel Rosato, presidente del IPA.
Para lo que resta del año, los industriales ven más nubarrones que oportunidades: el avance de las importaciones, el aumento de costos por encima de la inflación y las tasas de interés volátiles que castigan el crédito podrían dejar a miles de pymes al borde del abismo.