Pese al discurso oficial de “transformación económica”, los números son contundentes: Argentina perdió 13.000 pymes en lo que va de 2024, según el último relevamiento del Ministerio de Economía. El dato forma parte del informe de natalidad y mortalidad empresarial que será publicado en los próximos días, y que revela una preocupante contracción del entramado productivo nacional.
En total, se crearon 53.000 nuevas firmas, pero cerraron unas 66.000, lo que arroja una pérdida neta de 13.000 empresas. El golpe alcanza a todos los sectores, pero la industria no fue la excepción: 5.200 fábricas bajaron sus persianas durante este año.
El secretario Pyme, Marcos Ayerra, intentó relativizar el impacto al señalar que la tasa de mortalidad empresaria fue “ligeramente inferior al promedio histórico”, y que el problema radica en la fuerte caída en la creación de nuevas empresas. Según Ayerra, esto ocurre en el marco de una “profunda transformación del modelo económico”, aunque no explicó cómo se sostiene un nuevo modelo con menos empresas, menos empleadores y menos empleo.
En efecto, el número total de empleadores en Argentina se mantiene prácticamente congelado desde 2007, rondando los 540.000. Y la tendencia es claramente descendente.
El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) sumó más datos preocupantes: entre noviembre de 2023 y abril de 2024, se perdieron 15.557 empleadores y se destruyeron 237.445 puestos de trabajo, con un fuerte recorte en el sector público como epicentro del ajuste.
Mientras el Gobierno celebra una supuesta estabilidad macroeconómica, en la calle se cuentan cierres, despidos y un ecosistema productivo cada vez más débil.