La crisis política de Javier Milei no se limita a los escándalos de los audios del extitular de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), Diego Spagnuolo. El Congreso también le cerró el cerco: ahora la oposición no solo amenaza con limitar sus Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), sino que evidencia que el presidente ya no tiene garantizado ni siquiera el tercio propio en ninguna cámara. Y comienzan a sonar los primeros murmullos sobre un posible juicio político.
La sesión del jueves en el Senado fue histórica: por primera vez en más de 20 años, los legisladores voltearon un veto presidencial. Se trató de la emergencia en Discapacidad, y la insistencia incluso superó en votos a la sanción original del proyecto. Entre los que apoyaron la medida hubo radicales aliados al gobierno como Víctor Zimmermann (Chaco), Mariana Juri y Rodolfo Suárez (Mendoza), Estela Maris Olalla (Entre Ríos), y hasta algunos amarillos como Martín Goerling (Misiones) y Alfredo De Angeli (Entre Ríos).
Pero el golpe no quedó ahí. La oposición, junto a quienes alguna vez fueron aliados de Milei y que ahora están enfrentados a su hermana Karina, avanzó con media sanción a la modificación de la Ley 26.122, impulsada por Cristina Kirchner. La reforma propone que cualquier DNU pierda vigencia si una de las Cámaras lo rechaza o si el Congreso no se pronuncia en 90 días. Esto limita drásticamente la capacidad del Ejecutivo de legislar por decreto, su principal herramienta en el último año.
El deterioro del poder legislativo de Milei es evidente. El politólogo Andrés Malamud lo resumió así: “Hasta marzo de este año, de las 17 votaciones que hubo en el Congreso, LLA ganó 14. Desde abril, de las también 17 votaciones que hubo, LLA perdió 17”.
Milei cada vez más acorralado
La reforma de los DNU y la certeza de que Milei ya no tiene ni el tercio propio en el Congreso encendieron alarmas en la Casa Rosada. Incluso si el presidente veta la ley, la oposición podría insistir como hizo con la Emergencia en Discapacidad. Sin un tercio propio, cualquier DNU puede ser fácilmente tumbado.
El control del tercio no solo es crucial para aprobar vetos: también es la principal barrera frente a un juicio político que podría derivar en la destitución presidencial. Hoy, la comisión de Juicio Político está paralizada, en parte por el enfrentamiento de Karina Milei con la presidenta del cuerpo, Marcela Pagano. Pero los escándalos recientes podrían unir a la oposición y reactivar ese mecanismo.
Los funcionarios del Gobierno tampoco ayudan: salvo el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, nadie ha respondido ante la Cámara baja por el Caso $LIBRA. La hermana del presidente, Karina Milei, probablemente tampoco se presente ante la comisión para rendir cuentas por los audios de Spagnuolo.
El martes, los diputados opositores enviaron un cuestionario a Milei para que aclare su rol en el escándalo. Tiene cinco días para responder. La expectativa de que lo haga es mínima.
Si la situación se mantiene, el oficialismo no solo enfrentará dificultades extremas para legislar incluso después del 10 de diciembre, sino que podría ver la amenaza de un juicio político convertido en una realidad concreta. Sin tercio propio, la Casa Rosada está más cerca de quedar acorralada que nunca.