El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, salió al cruce de los rumores sobre una posible devaluación del peso y aseguró que no habrá cambios bruscos en el tipo de cambio oficial.
En una entrevista con Radio Mitre, Francos rechazó las presiones que algunos sectores económicos ejercen para ajustar el valor de la moneda local y defendió la estrategia oficial de libre flotación cambiaria.
El funcionario advirtió que una devaluación abriría la puerta a un nuevo ciclo inflacionario, un escenario que el Gobierno quiere evitar a toda costa. “Volver a emitir pesos sin respaldo sería repetir errores del pasado”, afirmó.
Esta postura fue respaldada desde el Ministerio de Economía, donde el viceministro José Luis Daza negó que el dólar esté controlado o retrasado artificialmente. En un foro del Instituto Internacional de Finanzas, Daza señaló que el tipo de cambio refleja las condiciones del mercado y no sufre intervención estatal.
En cuanto al déficit de cuenta corriente, que alcanzó cerca de US$5.200 millones en el primer trimestre de 2025, Daza lo calificó como “esperable y manejable” dentro de una economía en proceso de recuperación. Argumentó que gran parte de ese déficit responde a inversiones en bienes de capital, lo cual es positivo para el desarrollo productivo.
Con optimismo, el viceministro proyectó un superávit externo superior a US$50.000 millones en los próximos años, apoyado en sectores clave como la agricultura, la energía y la minería. Además, se dirigió a los empresarios con un mensaje claro: “No conviene apostar a una devaluación, sino a un peso fuerte.”
Sin embargo, esta lectura oficial parece optimista frente a las señales de tensión en los mercados cambiarios y las dudas persistentes sobre la sostenibilidad del modelo. El control sobre la salida de dólares y la confianza en el equilibrio fiscal y la política monetaria restrictiva serán puestos a prueba en un contexto económico volátil y con crecientes desafíos externos.