La semana pasada, la imagen de José Luis Espert escapando en moto durante la caravana en Lomas de Zamora se volvió viral. Pero el “héroe anónimo” que lo ayudó no era tan casual como había dicho el candidato de La Libertad Avanza.
Según reveló el periodista Gustavo Grabia, el conductor de la moto es Damián Rosati, un conocido barrabrava del club Comunicaciones, con una causa judicial abierta por intento de homicidio contra un dirigente de futsal del mismo club. La causa llegó a ser elevada a juicio, pero según Grabia, permanece “paralizada desde 2023”.
Espert había asegurado que quien lo ayudó era alguien que “justo pasaba por ahí”, pero los antecedentes de Rosati desmienten esa versión. Grabia cerró su informe con ironía: “No era un muchacho que pasaba por ahí”.
Lo que parecía un acto heroico se transformó en un detalle que vuelve a poner en el centro la relación entre política y figuras del fútbol con antecedentes violentos.
