La situación se desbordó cuando legisladoras kirchneristas increparon a Espert.
La oposición en la Cámara de Diputados consiguió una victoria moderada al lograr la aprobación de dos emplazamientos que obligan al oficialismo a debatir proyectos con alto costo fiscal, como el financiamiento universitario y la emergencia pediátrica.
Si bien no se aprobaron leyes por falta de dictámenes, la jornada dejó en evidencia un quiebre en la relación entre los gobernadores provinciales y el Gobierno nacional. La falta de respuestas por parte de la Secretaría de Hacienda frente a los reclamos por caída de recaudación y distribución de fondos tensionó el vínculo con las provincias, generando una asistencia clave de legisladores provinciales a la sesión.
La sesión logró quórum gracias a la participación de Unión por la Patria, el Frente de Izquierda, Encuentro Federal y algunos diputados de bloques provinciales, como los que responden a Martín Llaryora, Rogelio Frigerio, Gustavo Sáenz, Alberto Weretilneck y Carlos Rovira. También acompañaron radicales que se desmarcaron de la conducción de Rodrigo De Loredo y figuras del MID y PRO, mostrando las grietas dentro de los bloques aliados al oficialismo. La radical Marcela Pagano fue especialmente cuestionada por su compañera Lilia Lemoine por haber dado quórum, en un cruce que graficó el clima caldeado en el recinto.
El primer emplazamiento obliga a las comisiones de Presupuesto y Educación a debatir el aumento del financiamiento universitario, tema que José Luis Espert había evitado tratar. El segundo emplazamiento insta a las comisiones de Salud, Familia y Presupuesto a abordar la declaración de emergencia pediátrica tras la crisis presupuestaria del Hospital Garrahan. Ambos deberán tratarse el martes 8 de julio.
Una tercera moción impulsada por la Coalición Cívica buscaba destrabar la parálisis en la comisión investigadora del caso \$Libra, empatada entre oficialismo y oposición, pero no fue votada por no estar en el plan de labor. Esto elevó las tensiones, que ya venían en aumento por otros debates como el juicio a YPF y el conflicto Israel-Palestina. La situación se desbordó cuando legisladoras kirchneristas increparon a Espert, provocando gritos, insultos y empujones. Finalmente, la sesión se levantó por falta de quórum.
A pesar del escándalo, desde la oposición valoraron haber impuesto la agenda en un Congreso dividido y aprovecharán los dictámenes logrados para convocar a una nueva sesión antes del receso invernal. Para muchos, lo ocurrido fue un “acting” que evitó que alguna fuerza cargue con la responsabilidad de voltear la sesión.