Granja Tres Arroyos confirmó el cierre definitivo de su planta Becar, en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, y el traslado de 270 operarios a su planta La China, ubicada a pocos metros. La medida se produce en medio de atrasos salariales, retiros voluntarios y un contexto crítico para la industria avícola argentina.
Según fuentes de la empresa, “no hay despidos”, sino una “concentración de la producción” para bajar costos y mejorar eficiencia. La planta La China, que ya cuenta con 600 trabajadores, pasará a operar en dos turnos.
Desde diciembre pasado, el grupo empresario, que emplea a unas 7.000 personas entre Argentina y Uruguay y produce 700.000 pollos diarios, enfrenta graves problemas financieros. Los atrasos en los salarios y la adopción de retiros voluntarios se volvieron moneda corriente, generando incertidumbre entre los empleados.
Sergio Vereda, del Sindicato de la Carne local, señaló que los trabajadores trasladados se agruparán en dos turnos, aunque muchos debieron aceptar retiros voluntarios ante la falta de certeza sobre sus haberes. Miguel Ángel Klenner, del STIA, denunció que en la última quincena de octubre los empleados recibieron apenas el 20% de sus salarios, y las demoras continúan en noviembre.
La crisis de Granja Tres Arroyos se intensificó tras el cierre del mercado chino a las exportaciones avícolas por la gripe aviar en 2023, lo que redujo un 8% sus volúmenes de exportación y provocó pérdidas millonarias. Desde el Gobierno aseguran que la reapertura de mercados internacionales avanza y se espera que China vuelva a recibir productos argentinos entre diciembre y enero.
La compañía, que gestiona ocho plantas en Argentina y una en Uruguay, incluye marcas como Cresta Roja, La Comarca y Jet Food. La planta Becar dejará de operar el 1° de diciembre, mientras que la unificación de personal en La China será el núcleo de la reestructuración.
Los atrasos salariales y pagos en cuotas siguen siendo la principal fuente de conflicto: “No podemos vivir así. Los trabajadores están endeudados y no saben cómo seguirá la empresa”, señaló Klenner. Desde la empresa aclararon que los pagos fraccionados se realizan en cinco días, pero la tensión con los empleados persiste.