La Casa Rosada necesita respaldo para su agenda, pero las provincias exigen plata y cambios en el impuesto a los combustibles. El Consejo de Mayo arranca en medio de tensiones.
Este lunes, los gobernadores volverán a reunirse en la sede del Consejo Federal de Inversiones (CFI) con un objetivo claro: plantarse frente a la Casa Rosada y exigir respuestas concretas ante la crisis fiscal que golpea a las provincias. En la mesa hay dos reclamos centrales: coparticipar los remanentes de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y modificar el impuesto a los combustibles líquidos, como forma de compensar la caída en la recaudación.
La propuesta ya fue elevada al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, pero la respuesta oficial todavía no llegó. Francos prometió estudiar el pedido junto al secretario de Hacienda, Carlos Guberman, aunque este lunes estará en Córdoba por un evento con la Fundación Mediterránea. Pese a su ausencia, monitorea de cerca la negociación en un intento por recomponer los vínculos antes del lanzamiento formal del Consejo de Mayo, la nueva apuesta institucional del presidente Javier Milei.
El Consejo de Mayo arranca con clima enrarecido
El martes se pondrá en marcha el Consejo de Mayo, el foro que busca transformar en leyes las propuestas del Gobierno nacional con aval de las provincias. Por los gobernadores, el representante será Alfredo Cornejo (Mendoza), cercano a la Casa Rosada pero también alineado con el reclamo por los fondos.
El oficialismo necesita cerrar acuerdos para avanzar con su ambiciosa agenda legislativa: reforma laboral, cambios en el sistema previsional y hasta una eventual reconfiguración del régimen de Coparticipación. Pero la urgencia también es electoral: el calendario ya aprieta con las elecciones en Buenos Aires el 7 de septiembre y las legislativas nacionales el 26 de octubre.
Ruido en el armado electoral: Milei y el PRO, en punto muerto
Mientras se negocian leyes y fondos, el frente político oficialista también cruje. Cristian Ritondo, jefe del bloque PRO y socio clave del Gobierno en el Congreso, intenta sellar un acuerdo electoral con La Libertad Avanza. Pero las conversaciones están congeladas.
El problema tiene nombre y apellido: Sebastián Pareja, operador bonaerense de los libertarios, exige que la boleta sea 100% violeta, sin compartir colores ni logos con el PRO. El planteo cayó como un balde de agua fría en el macrismo, que reclama encabezar las listas en los municipios que ya gobierna.
La semana pasada, Ritondo se mostró con Soledad Martínez, intendenta de Vicente López, en una señal clara: el PRO quiere defender su territorio, aún si eso implica tensar la cuerda con los libertarios.
