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Gobierno proyecta fuerte suba del impuesto a los combustibles: impacto directo en la nafta

El proyecto de presupuesto 2026 anticipa un salto récord en el impuesto a los combustibles, que se perfila como el tributo con mayor aumento del año, tras mantenerse congelado por debajo de la inflación para contener los precios en los surtidores.



Según la consultora Economía y Energía, mientras la recaudación total del Estado crecería un 20,8% nominal respecto de 2025, los ingresos por el Impuesto a los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono (ICL y CO) se dispararían un 72%. El proyecto oficial lo describe como un “aumento significativo” de las alícuotas, actualmente rezagadas frente al Decreto 501/2018, que exige actualizar el tributo por inflación cada trimestre.

Ganancias, Comercio Exterior y Combustibles: los motores de la recaudación

Un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) señala que estos tres impuestos explican el repunte de la presión tributaria. En el caso de los combustibles, la suba se debe principalmente a la actualización gradual de las sumas fijas que integran el tributo.

El cálculo oficial proyecta que este año el impuesto aportará $4,4 billones (0,51% del PBI), mientras que en 2026 llegaría a $7,6 billones (0,74% del PBI), un salto de 0,23 puntos porcentuales, el mayor entre todos los tributos.

Del congelamiento a la actualización: qué significa para el precio de la nafta

Desde 2023, bajo el gobierno de Javier Milei, el impuesto se actualizó por debajo de la inflación para evitar aumentos bruscos en los surtidores, tras un congelamiento que incluso generó faltantes. Esta medida contuvo los precios, pero redujo la recaudación en unos US$200 millones por mes, o US$1.786 millones al año, según Economía y Energía.

Los analistas del sector energético estiman que la actualización pendiente podría aplicarse recién en 2026, si el precio internacional del petróleo baja. Actualmente, el barril ronda los US$65, y se proyecta que podría caer por debajo de US$60, impulsado por un aumento de la producción en Estados Unidos bajo Donald Trump.

En ese escenario, el Gobierno podría aplicar el ajuste sin provocar un salto abrupto en los surtidores, mientras busca consolidar el superávit fiscal, según el ministro de Economía, Luis Caputo.

También hay un reclamo de las provincias

El impuesto a los combustibles no se coparticipa, aunque las provincias llevan tiempo reclamando una parte de esa recaudación. El Congreso intentó modificar la distribución antes de las elecciones, pero la iniciativa no prosperó.

En la Ciudad de Buenos Aires, la nafta súper cuesta actualmente $1.391 por litro, un 23% más que en enero, en línea con la inflación acumulada del 22%. A pesar de los aumentos, el consumo sigue en alza: 0,4% en nafta común y 16% en premium.

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