Lorena Lovera, quien era intensamente buscada desde el miércoles en la provincia de Entre Ríos, fue encontrada muerta este viernes en las cercanías de San José, la ciudad donde residía. La docente de 39 años también había ocupado una banca en el Concejo Deliberante entre 2015 y 2019. Según informó la Justicia, su muerte fue producto de un suicidio.
Lovera había sido vista por última vez a la vera de la Ruta 14, en una zona considerada peligrosa por su cercanía al tránsito vehicular. Su desaparición activó un amplio operativo de búsqueda que incluyó el trabajo coordinado de bomberos, policías, drones y perros especializados. Incluso se llegó a emitir una alerta amarilla de Interpol.
La mujer se había ausentado de su hogar el miércoles por la mañana, alrededor de las 8:50, y desde entonces no se tenían noticias sobre su paradero. Las autoridades habían difundido su descripción física y la vestimenta que llevaba puesta al momento de su desaparición, con la esperanza de obtener información por parte de la comunidad.
Finalmente, su cuerpo fue hallado sin vida a pocos kilómetros de donde había sido vista por última vez. El fiscal a cargo del caso, Alejandro Perroud, confirmó que la causa fue un suicidio y descartó la intervención de terceros.
Durante la investigación, personas cercanas a la docente informaron que se encontraba bajo tratamiento médico y atravesaba un cuadro emocional delicado. Esta situación habría sido clave para entender las circunstancias que rodearon su desaparición.
Lovera era profesora de Matemáticas y madre de tres hijos. Se desempeñaba como rectora del Instituto San José N°46, y su desaparición movilizó a la comunidad educativa, que participó activamente en las tareas de rastrillaje.
Las autoridades habían centrado parte de la búsqueda en zonas rurales y en el arroyo Perucho, valiéndose de material captado por cámaras de seguridad, testimonios de vecinos y sobrevuelos en parapente para reconstruir sus últimos movimientos. Uno de los datos clave fue su presencia en un puente de la Autovía Ruta 14, en el acceso a la localidad de 1° de Mayo, lo que generó preocupación debido al riesgo que implica transitar a pie por esa zona.
Aunque su teléfono celular se desconectó el mismo día que desapareció y no dejó mensajes, el análisis de su línea y sus objetos personales continúa con el objetivo de comprender más a fondo lo ocurrido.
El operativo de búsqueda, que se intensificó durante el jueves, tuvo que ser suspendido al caer la noche debido a la dificultad del terreno. Participaron equipos especializados provenientes de Paraná y fuerzas federales integradas al SIFEBU (Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas).
El caso generó conmoción en la región y deja en evidencia la importancia de abordar la salud mental con mayor profundidad, así como de reforzar los sistemas de contención y asistencia en situaciones de crisis.