Lo hace mientras niega que haya hambruna, a pesar de las evidencias desgarradoras en hospitales y campos de refugiados.

Presionado por las crecientes denuncias internacionales y tras semanas en las que cientos de palestinos murieron intentando alcanzar alimentos en medio de los bombardeos, Israel anunció la apertura de corredores humanitarios en la Franja de Gaza y el lanzamiento de ayuda desde el aire.

La medida, presentada por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), establece que los corredores funcionarán entre las 10:00 y las 20:00 exclusivamente para convoyes coordinados con Naciones Unidas. Sin embargo, no se detallaron las ubicaciones exactas y las operaciones militares continuarán en paralelo.

Mientras tanto, aviones israelíes comenzaron a lanzar paquetes con suministros, una estrategia que muchos califican de insuficiente y peligrosa. Pese a las imágenes y testimonios que muestran una situación desesperante, las FDI aseguran que “no hay hambruna en Gaza”.

La afirmación contrasta con los relatos que llegan desde el terreno: hospitales colapsados, médicos desnutridos que dependen de sueros para seguir atendiendo, y niños con signos evidentes de inanición.

Críticas y dudas sobre el rol humanitario de Israel

Desde organismos internacionales hasta gobiernos aliados de Israel, las críticas se multiplican. Denuncian demoras sistemáticas para permitir el ingreso de ayuda y advierten que las nuevas medidas llegan tarde.

En este contexto, también genera controversia la Fundación Humanitaria para Gaza, creada recientemente en EE.UU. con respaldo del gobierno israelí. Aún no está claro qué papel jugará en esta nueva etapa de asistencia, ni cómo garantizará que la ayuda llegue efectivamente a quienes la necesitan.