La Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO) cuestionó con dureza al gobierno de Javier Milei por la decisión de eliminar la Dirección Nacional de Vialidad, un organismo con casi cien años de historia en la planificación y control de obras públicas. La entidad advirtió que la medida deja un vacío técnico grave y pone en riesgo la infraestructura vial del país.
“Vialidad Nacional garantizaba una mirada federal con profesionales formados para ejecutar obras en todo el territorio”, señalaron en un comunicado. La Cámara, a la que el presidente suele atacar como la “Cámara de la corrupción”, alertó además sobre el impacto negativo que tendrá la medida en el empleo, el desarrollo logístico y la continuidad de obras estratégicas.
Riesgo para rutas clave y el empleo
El traspaso de las funciones de Vialidad al Ministerio de Economía y a la Gendarmería Nacional generó fuerte rechazo entre los empresarios del sector. Desde CAMARCO advirtieron que hay incertidumbre institucional y que podrían paralizarse obras clave para la conectividad del país.
También manifestaron su preocupación por el mantenimiento de más de 30 mil kilómetros de rutas no concesionadas, fundamentales para la producción y el transporte en todo el país.
“No se trata de un gasto, sino de crecimiento”
La Cámara rechazó el enfoque del gobierno libertario que considera a la obra pública como un gasto innecesario. “La inversión en caminos y rutas es una herramienta para generar trabajo y fortalecer el entramado productivo nacional”, afirmaron.
Finalmente, CAMARCO pidió al Ejecutivo abrir instancias de diálogo y construir políticas públicas con una mirada federal y de largo plazo. “Argentina necesita previsibilidad para generar empleo, inversión y desarrollo en todo el territorio”, concluyeron.