La nueva conducción de la CGT, liderada por Cristian Jerónimo, Jorge Sola y Octavio Argüello, inicia una semana clave de reuniones internas para definir cómo enfrentará la reforma laboral que impulsa el Gobierno de Javier Milei.
El triunvirato, elegido recientemente en el congreso realizado en el estadio Obras Sanitarias, busca consolidar la unidad interna y trazar una posición firme frente a un proyecto que genera tensión tanto dentro del sindicalismo como en su relación con el Ejecutivo. Antes de convocar al primer Consejo Directivo de esta etapa, previsto para la próxima semana, se llevarán a cabo encuentros entre áreas y secretarías para acordar la estrategia común.
Tensiones internas y posibles negociaciones
El nuevo esquema de liderazgo tripartito reemplazó la propuesta de un secretario general único, generando la primera disputa interna significativa desde la asunción. Sectores como la UTA, liderados por Barrionuevo y Omar Maturano, observan con recelo la conducción actual, lo que añade complejidad a la toma de decisiones.
En lo inmediato, la discusión central será la reforma laboral. Aunque hay coincidencias entre el ala dialoguista y los sectores más duros de la CGT, todos coinciden en no avalar cambios que impliquen “regresividad” o “quita de derechos adquiridos”.
Jerónimo y Sola se muestran abiertos al diálogo “si el Gobierno convoca a una mesa equilibrada”, mientras que Argüello criticó que la iniciativa libertaria “no es una reforma, sino una flexibilización laboral”. Además, advirtió que si se avanzara sobre los derechos de los trabajadores, “la CGT volverá a movilizarse y acudirá a la Justicia”.
Con el Ejecutivo buscando respaldo político para su proyecto, la central obrera encara los próximos días con la tarea de definir su estrategia frente a uno de los debates más sensibles del año en materia laboral.