La desregulación de cuotas no impactará en La Rioja: “Provincia con Estado presente”

La reciente decisión nacional de liberar los incrementos de las cuotas escolares en los colegios privados no repercutirá —al menos por ahora— en La Rioja. Así lo asegura la dirigencia provincial, que sostiene que el sistema local mantiene mecanismos de regulación gracias a la intervención estatal.

En el marco del decreto nacional que elimina la autorización previa para fijar matrículas y aranceles de colegios privados, muchas familias en el país enfrentan un panorama de subas imposibles de prever.

Sin embargo, en La Rioja el gobierno del Ricardo Quintela refrenda que “aquí tenemos un Estado presente”, pues ya existen acciones provinciales que amortiguan el impacto en el bolsillo de los padres.

Estado provincial como amortiguador

Uno de los mecanismos clave es el Incentivo Provincial para la Enseñanza (IPE), implementado por el gobierno de La Rioja, que otorga un monto adicional a los docentes en ejercicio para reconocer su labor.

 

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Este premio, gestionado provincialmente, demuestra que el Ejecutivo local asume responsabilidades que en otros ámbitos están siendo desplazadas por la Nación.

Además, en 2023 el gobierno provincial acordó con escuelas privadas congelar las cuotas durante septiembre, octubre y noviembre ante la presión sobre la economía familiar.

Crisis económica, familias golpeadas y el papel de La Rioja

La realidad nacional es dura: la inflación, la devaluación y los ajustes en tarifas elevan la presión sobre el gasto familiar. En este contexto, muchas familias expresan dificultades crecientes para afrontar los pagos de las cuotas escolares privadas.

En La Rioja, aunque el panorama no es sencillo, la provincia afirma que gracias a las medidas mencionadas —y al hecho de que “el Estado sigue aportando fondos a las instituciones” como subraya la presidenta de la Asociación de Instituciones Educativas de Gestión Privada, Verónica Lanfranchi— se evita que la desregulación nacional se traduzca en un salto abrupto de precios.

La intervención local se presenta así como “el freno” que las familias necesitaban, para que la educación de los niños no quede relegada al azar del mercado.