El presidente Javier Milei se prepara para dar otro golpe de efecto: planea vetar dos leyes clave que ya fueron aprobadas por el Congreso, sin ceder un centavo de los fondos que reclaman gobernadores y sectores vulnerables. El objetivo es claro: blindar el superávit fiscal, cueste lo que cueste.
Desde la Casa Rosada ya confirmaron que vetarán el aumento a las jubilaciones y la declaración de la emergencia en discapacidad. Para Milei, ambas medidas son “inviables” y atentan contra el equilibrio de las cuentas públicas. “Aplicarlas costaría USD 350.000 millones en valor presente”, dijo el presidente, dando por cerrada cualquier posibilidad de negociación.
La batalla política se traslada al Congreso
Pero vetar no alcanza. Milei necesita que el Congreso no le dé vuelta los vetos con una mayoría especial. Y ahí empieza otra historia. Las dos leyes fueron aprobadas con amplio respaldo: 142 votos a favor para la recomposición jubilatoria, y un fuerte acompañamiento también para la ley sobre discapacidad. Sostener el veto, en ese escenario, será una tarea difícil para La Libertad Avanza.
El PRO, el aliado que Milei necesita, no termina de cerrar filas. Las internas, el receso invernal y la falta de conducción clara hacen que el bloque todavía no tenga una postura firme. En paralelo, los gobernadores reclaman fondos y atención, mientras crece el fastidio por la falta de diálogo con la Nación.
Presión desde las provincias y grietas en el oficialismo
Los mandatarios provinciales están en pie de guerra. Piden auxilio económico, coparticipación más justa y respuestas urgentes. Pero hasta ahora, todo son promesas o “charlas informales”, sin propuestas concretas sobre la mesa.
Al mismo tiempo, la relación entre La Libertad Avanza y el PRO se deteriora, sobre todo en la Ciudad de Buenos Aires. La posibilidad de una alianza para 2025 ya fue descartada, y en territorio porteño cada espacio trabaja en consolidar su propio perfil. Sin embargo, en la provincia de Buenos Aires sí cerraron acuerdos electorales, lo que confirma que la sociedad Milei-Macri sigue viva… pero solo donde conviene.