El presidente Javier Milei encabezó en Rosario el cierre de campaña de La Libertad Avanza, en un acto masivo donde pidió “un Congreso más sólido” para profundizar sus reformas y volvió a cargar contra la oposición.
Acompañado por su hermana Karina, el vocero Manuel Adorni y parte del gabinete, el mandatario transformó el evento en una mezcla de arenga electoral y balance autocomplaciente de gestión.
Desde el escenario, Milei se presentó como un líder enfrentado al sistema político y volvió a responsabilizar al Congreso por los límites de su gobierno. “Hace casi dos años me comprometí a cambiar la Argentina de raíz, aunque fuera duro. Y eso hicimos, de espaldas al Congreso”, dijo, reivindicando haber gobernado sin acuerdos ni consensos legislativos.
El mensaje no dejó lugar a dudas: el presidente busca reforzar su poder político en las urnas para seguir gobernando por decreto o con mayor margen para imponer su programa económico. “A partir del domingo va a cambiar en serio la Argentina”, prometió, en tono de campaña permanente.
Elogios a su equipo y un relato económico discutible
Milei aprovechó el acto para exhibir lo que considera los “logros” de su gestión: una baja en la inflación, la recuperación del crédito y un supuesto descenso de la pobreza. Volvió a elogiar a su ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, y destacó la labor de Patricia Bullrich, Luis Petri y Sandra Pettovello.
Sin embargo, el discurso eludió mencionar la fuerte recesión, la caída del consumo y los indicadores sociales que siguen empeorando. “Estamos bajando la pobreza y demostrando que el camino es el correcto”, aseguró, pese a que los datos oficiales y privados muestran un deterioro del poder adquisitivo y del empleo.
Chicanas contra Cristina y amenazas ideológicas
Fiel a su estilo, Milei no perdió la oportunidad de lanzar dardos contra sus rivales políticos. Sin nombrarla directamente, calificó a Cristina Kirchner como “la reina de la tobillera” por su cercanía con Nicolás Maduro y volvió a presentar su proyecto como una batalla entre “la libertad” y “el comunismo castro-chavista”, un recurso habitual para agitar a su militancia.
Campaña permanente y discurso del miedo
“El futuro del país está en juego”, insistió Milei, acusando a la oposición de “fomentar la apatía” y de intentar frenar sus reformas. Pidió abiertamente el voto para Agustín Pellegrini, candidato de LLA en Rosario, y descalificó a los partidos que “pretenden jugar de tibios”.
El acto cerró con un tono épico y con el presidente repitiendo su consigna de “aniquilar la inflación” y “devolver la esperanza”. Pero detrás del entusiasmo libertario, quedó expuesta una estrategia clara: mantener vivo el enfrentamiento con el Congreso y el “establishment político” para justificar la falta de resultados concretos en la economía real.