En un acto de campaña en Junín, el presidente Javier Milei pronunció una frase que podría marcar un punto de quiebre en la crisis política que sacude a su gobierno: “Están molestos porque les estamos afanando los choreos”. La declaración fue la primera referencia pública del mandatario al escándalo de sobornos que involucra a su gestión.
Un escándalo que golpea la Casa Rosada
El caso estalló hace seis días con la filtración de audios que muestran un presunto esquema de coimas en el gobierno. La polémica se profundizó cuando Milei decidió despedir a Diego Spagnuolo, abogado cercano y hasta entonces titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis).
Lejos de desmentir las acusaciones, el despido pareció confirmar la veracidad de los audios. Según Spagnuolo, los proveedores fueron informados de que el porcentaje de coimas aumentaba del 5% -vigente durante la gestión de Alberto Fernández- al 8% bajo la administración libertaria.
Audios que complican al Presidente
Spagnuolo, quien visitó 48 veces la Quinta de Olivos y mantuvo reuniones con Milei hasta altas horas de la noche, detalló cómo se distribuían los sobornos dentro del gobierno. En ese contexto, la frase presidencial sobre “afanar choreos” no solo sorprendió, sino que se percibe como una autoincriminación directa, dejando en evidencia la vulnerabilidad del oficialismo.
Intentos de defensa que se derrumban
El escándalo también expuso al clan Menem, que intentó desviar la atención hacia el kirchnerismo. Sin embargo, las propias palabras de Milei hicieron colapsar esa estrategia, dejando al gobierno en una situación crítica.
Lejos de aclarar la situación, la frase del mandatario profundiza la crisis y lo coloca en el centro del que podría convertirse en el mayor escándalo de corrupción de su gestión.