En Olivos, el oficialismo reunió a más de 70 candidatos para definir la estrategia electoral: Javier Milei asumirá un rol central en la campaña, mientras Santiago Caputo ajusta el mensaje con encuestas en mano.
Campaña en clave crisis
En una jornada marcada por la caída de los mercados y la venta de US$379 millones por parte del Banco Central para contener al dólar, Milei convocó a dirigentes, candidatos e influencers libertarios en la Quinta de Olivos.
El objetivo fue claro: relanzar la campaña nacional justo en el momento de mayor debilidad política y económica de su gestión.
El Presidente repasó los hitos de su gobierno y llamó a defender “el esfuerzo de los argentinos”, mientras Caputo delineaba la receta electoral: polarización con el “fantasma K” y el mensaje de que cualquier alternativa opositora significa “volver al pasado”.
Milei, protagonista absoluto
La estrategia de La Libertad Avanza apunta a nacionalizar la campaña, dejando de lado disputas locales y mostrando a Milei como el “gran elector”. Según su entorno, el jefe de Estado asumirá un rol más activo en mesas políticas y actos proselitistas, desplazando la tarea que hasta ahora realizaban Karina Milei y su equipo.
Un colaborador reconoció: “Se perdió apoyo popular por diversos motivos. Hay gente que la está pasando mal y hay que ajustar el mensaje con los pies en la tierra. Lo importante es que la gente tenga expectativas de un futuro mejor”.
Miedo y esperanza: la nueva fórmula electoral
La campaña combinará dos ejes: mostrar el pasado como un período de “caos, inflación y corrupción” y presentar el presente como un sacrificio necesario para alcanzar el crecimiento.
“Después de la estabilidad que se logró, se viene un futuro mejor, pero está bajo bombardeo opositor”, dijo uno de los candidatos tras la cumbre.
El relato deja atrás la idea de diálogo y concordia que Milei pregonó en cadena nacional, y se centra en mezclar empatía con el temor al regreso del kirchnerismo.
