Mientras el campo sigue golpeado por la falta de financiamiento y el desplome del negocio, otro gigante del sector entra en zona crítica. La empresa rosarina Bioceres S.A., dedicada a biotecnología y food tech, incumplió pagos por U$S5,3 millones en junio y enfrenta nuevos vencimientos por otros U$S2 millones este mes.
La firma no debe confundirse con Bioceres Crop Solutions Corp (BIOX), su ex subsidiaria, dedicada a semillas transgénicas y con presencia global. Aunque ambas estuvieron vinculadas hasta el año pasado, hoy operan como compañías independientes, con accionistas y estrategias diferenciadas.
El default de Bioceres SA se suma a una preocupante lista de empresas agroindustriales en crisis: Surcos, Agrofina, Celulosa, Aconcagua y Los Grobo, que incluso pidió iniciar un procedimiento preventivo de crisis.
Según la Central de Deudores del BCRA, Bioceres SA acumula una deuda bancaria de $5.881 millones, en su mayoría con el Banco Santander.
Reestructuración compleja y silenciosa
Bioceres SA fue hasta 2023 el principal accionista de BIOX, pero tras una reestructuración societaria y la fusión de Bioceres Group PLC con la biotech Moolec Science, surgió un nuevo jugador en el Nasdaq: MLEC, con CEO renovado y sin participación de Federico Trucco, histórico referente del grupo.
Trucco continúa al frente de Bioceres Crop Solutions, que también tuvo cambios en su directorio en junio. BIOX mantiene su operación con Rizobacter, Bioceres Semillas y ProFarm, sin problemas financieros por ahora. Sin embargo, las acciones de BIOX cayeron un 55% en el último año y 19% en lo que va de 2025, en medio de balances flojos y rumores sobre el interés de Tether en controlar la firma, tras su desembarco en Adecoagro.
¿Impacto limitado o alerta mayor?
Desde el entorno de BIOX aseguran que la caída de Bioceres SA no afectará su operatoria, al menos por ahora. Pero si los acreedores avanzan sobre los activos de la empresa en default, podrían reclamar su participación accionaria en la firma cotizante.
El caso Bioceres refleja una tendencia preocupante: la crisis financiera se profundiza en el agro, con empresas que no logran adaptar su estructura de deuda al nuevo escenario de baja liquidez y apreciación cambiaria. Cada default pone más presión sobre un sector que supo ser motor del país.