La presión de los costos se disparó desde diciembre y las pequeñas y medianas industrias advierten por una pérdida acelerada de competitividad. Reclaman reformas urgentes para evitar un nuevo golpe al empleo.
Desde diciembre, fabricar en la Argentina es un 25% más caro en dólares. Así lo reveló el Índice del Costo Argentino de la Producción elaborado por la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), que prendió todas las alarmas en el sector industrial. En un escenario de apertura comercial y fuerte caída del consumo, el aumento pone en jaque la rentabilidad y la supervivencia de muchas pymes.
“El mercado no convalida aumentos, pero los costos no paran de subir. Además, las importaciones crecen todos los meses”, advirtió Elio Del Re, presidente de ADIMRA, quien remarcó que en sectores como el metalúrgico, las compras externas aumentan un 5% mensual, desplazando a la producción nacional.
Energía por las nubes y ventas por el piso
El golpe también llega vía tarifas. Según Daniel Rosato, de Industriales Pymes Argentinos, en algunas fábricas la factura de energía se triplicó en apenas un mes por el incremento en el precio mayorista. Para muchas empresas, ese costo extra es directamente inviable.
El deterioro atraviesa todos los rubros. “No hay demanda, la situación empeora cada mes y el empleo empieza a resentirse”, alertó Mauro González, presidente de la Confederación Pyme. Incluso desde la Unión Industrial Argentina, cercana al oficialismo, reconocen que “la cosa así no va”.
Estabilidad cambiaria sin reformas: la receta que no alcanza
El informe de la UADE, liderado por el economista Fausto Spotorno —exasesor de Javier Milei—, cuestiona que la estabilidad del dólar oficial no haya venido acompañada de cambios estructurales. “El costo argentino subió 25% en dólares, mientras que en EE.UU. el índice de precios al productor creció solo un 4%. Esa diferencia se explica por factores internos como la apreciación real del tipo de cambio”, señaló.
Spotorno insistió en que la solución pasa por una agenda de reformas profundas: menos presión impositiva, mejoras en productividad, inversión en logística y energía, e incentivos a la innovación.
La industria retrocede y reclama defensa frente a la competencia desleal
La UADE también comparó los niveles actuales de producción con los de abril de 2017 y detectó caídas en 14 de los 16 sectores analizados. En un mundo que protege su industria con subsidios y barreras, los empresarios piden que el Estado argentino también juegue un rol activo para cuidar el trabajo local.
“El costo argentino volvió a dispararse y nos deja fuera de juego. Sin una política industrial clara, no hay pyme que aguante”, sentenció un referente del sector.
