Los conductores argentinos volvieron a recibir otra mala noticia: los combustibles volvieron a aumentar, con Shell aplicando su quinta suba en menos de un mes. La nafta premium ya alcanzó los $1.767 por litro, mientras que la súper continúa con precios elevados, todo en un escenario donde el Gobierno quitó la obligación de anunciar las subas con antelación.
En apenas 22 días, los incrementos fueron sucesivos:
31 de agosto: premium $1.715
6 de septiembre: $1.729
7 de septiembre: $1.738
13 de septiembre: $1.752
22 de septiembre: $1.767
El último aumento oficial había sido el 29 de agosto, en cumplimiento de la Ley 23.966, que establece ajustes trimestrales según el IPC del INDEC. Sin embargo, los distintos decretos que postergaron aumentos programados provocaron que ahora las subas lleguen en cadena, afectando directamente transporte, logística y alimentos.
Mientras tanto, el Gobierno sigue celebrando que la inflación “oficial” es de solo 1,9% mensual, una cifra que claramente no refleja lo que pagan los conductores ni los consumidores en supermercados.
El tarifazo en los combustibles se suma a los incrementos en servicios públicos, transporte y alimentos, con petroleras que imponen precios a discreción y un Estado que se desentiende del control, dejando a los ciudadanos pagando la factura.